Trabajar menos, vivir más
Artículo de opinión de Ernest Companys Hace tiempo que le doy vueltas a lo de si deberíamos (y podríamos) trabajar menos -sin perder bienestar, por supuesto- y ya antes de que llegara ChatGPT para retarnos más en esta dirección, me preguntaba si no estábamos haciendo algo mal como sociedad… Si gracias a la ofimática e internet todos (o al menos los “knowledge workers”) en 2020 éramos al menos 2 o 3 veces más productivos que, pongamos, en el 2000, ¿por qué no habíamos aprovechado para trabajar la mitad, o ganar el doble? El ‘sistema’ ha ido siempre absorbiendo estas mejoras de productividad como algo natural y se las ha hecho suyas, dándolas por descontado y aplicándolas a una mayor velocidad de producción y de generación de valor o riqueza (principalmente para la empresa). Ahora con la llegada de la IA todos vemos cómo rápidamente muchos oficios pueden ya beneficiarse de ella y ganar de golpe un gran acelerón de productividad… Programadores, consultores, periodistas y una creciente lista de profesionales constatan cómo ahora, ayudados de ChatGPT, todo es más fácil y rápido. Y al ser tan evidente, plantea -ahora sí- un debate en las redes, tertulias y en la sociedad en general alrededor del futuro del trabajo para los humanos. Si un programador por ejemplo, ahora ‘produce’ programas al doble de velocidad que hace unos meses, ¿qué hacemos? ¿qué produzca el doble? ¿o que trabaje la mitad? Para mí la decisión ‘inteligente’ como sociedad está clara: trabajemos la mitad -con el mismo salario- y disfrutemos como humanos de nuestro tiempo libre recién ganado. Algo así promulgaba hace un tiempo Bill Gates, proponiendo una semana laboral de 3 días, o más recientemente diversos expertos que en este artículo de la BBC plantean como inevitable la evolución hacia una semana de 4 días. ¿Quién debe beneficiarse del aumento de productividad que hemos ganado con la IA? … ¿La empresa, el empleado o el cliente? Y alrededor de estas ideas me encantó una reflexión que le escuché a Aleix Valls en una ponencia en que lanzaba la pregunta: Este repentino aumento de productividad que […]