18 de agosto de 2024

El aumento del uso de la IA y el almacenamiento en la nube desafía la capacidad energética de Europa. La infraestructura energética de Europa podría no cubrir la creciente demanda de procesamiento de datos. El sector del procesamiento de datos en Europa incrementa la presión sobre los recursos energéticos. El crecimiento del big data y la inteligencia artificial en Europa podría absorber hasta el 3,2% de la energía eléctrica de la región para 2030, poniendo a prueba su infraestructura energética. El rápido crecimiento del uso de la inteligencia artificial (IA) y el almacenamiento en la nube en Europa ha generado una demanda energética sin precedentes. En la actualidad, la infraestructura de procesamiento de datos ya consume el 2,6% de la energía europea, y se espera que esta cifra supere el 3,2% para 2030. Esta situación plantea desafíos significativos para la Unión Europea, que depende en gran medida de grandes plataformas tecnológicas estadounidenses como Meta, Google, Amazon y Microsoft, que lideran la inversión en centros de datos en la región. Mientras Bruselas busca promover la autonomía estratégica, la expansión de estas infraestructuras podría generar una crisis energética en países como Irlanda y los Países Bajos, donde ya se han limitado las nuevas conexiones a la red eléctrica. La Comisión Europea ha implementado nuevas directivas de sostenibilidad para mitigar estos riesgos, pero los expertos coinciden en que será necesario un esfuerzo colectivo para equilibrar el crecimiento tecnológico con la sostenibilidad energética. *** Información extractada del artículo original publicado en Cinco Días***

La primera ley de IA mundial de la UE genera preocupación por su posible impacto en la innovación. Expertos debaten si la regulación europea de IA limitará la competitividad tecnológica. La nueva ley de IA de la UE podría frenar el avance técnico según algunos analistas. La nueva ley de inteligencia artificial de la Unión Europea, en vigor desde agosto de 2024, podría limitar la innovación técnica, según algunos expertos. La Unión Europea ha liderado nuevamente la regulación tecnológica con la primera ley de inteligencia artificial (IA) del mundo, que entró en vigor el 1 de agosto de 2024. Esta normativa establece estrictas reglas sobre el uso de la IA, incluyendo la clasificación de riesgos y la obligación de demostrar la seguridad de las aplicaciones antes de su implementación. Aunque la ley busca proteger a los ciudadanos y asegurar un uso ético de la tecnología, algunos analistas y empresas tecnológicas temen que pueda frenar la innovación en Europa. En contraste, Estados Unidos ha adoptado un enfoque más flexible, lo que podría darles una ventaja competitiva. La regulación europea podría dificultar la creación de nuevas tecnologías y su comercialización, haciendo que las startups se trasladen a mercados menos regulados. Los defensores de la ley argumentan que es necesaria para evitar los riesgos asociados con la IA no regulada, pero también reconocen que, para mantenerse competitiva, la UE deberá adaptar la normativa conforme evoluciona la tecnología. La discusión sobre cómo equilibrar la seguridad y la innovación sigue abierta. *** Información extractada del artículo original publicado en El País***