Opinión | La Inteligencia Artificial y la Agencia Tributaria
IA y la Agencia Tributaria: ¿nueva era en la administración fiscal?
La transformación de la relación fiscal con la llegada de la IA
La Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) se encuentra en un proceso de transformación acelerado, impulsado por la Inteligencia Artificial (IA). Tal como detalla Javier Martín Fernández, catedrático de Derecho Financiero y Tributario, en un reciente artículo, la AEAT está implementando una estrategia de IA supervisada, diseñada para mejorar la eficiencia en sus actuaciones y la asistencia al contribuyente. Este enfoque se basa en un marco de seguridad y protección de derechos, donde la intervención humana sigue siendo esencial, garantizando que las decisiones automatizadas no se basen únicamente en los resultados de los sistemas de IA.
La AEAT busca utilizar la IA para optimizar sus operaciones, particularmente en áreas como la información, la asistencia al contribuyente y la prevención del fraude fiscal. A través de herramientas como los chatbots, la IA ya se está utilizando para corregir posibles errores en las declaraciones de impuestos o para alertar a potenciales no declarantes. Sin embargo, la Agencia asegura que actualmente no utiliza IA en los procedimientos de control o selección de contribuyentes, y que las decisiones finales siempre estarán supervisadas por personas.
Este desarrollo plantea un cambio significativo en la relación entre la AEAT y los contribuyentes, así como con los asesores fiscales. Estos últimos deben adaptarse a esta nueva realidad tecnológica, gestionando cuidadosamente los riesgos y aprovechando las oportunidades que la IA ofrece. Aquellos que dominen esta tecnología podrán establecer un nuevo estándar en su campo, mientras que los que no lo hagan enfrentarán un futuro incierto.
La implementación de la IA en la AEAT también pone de relieve la importancia de garantizar que los datos utilizados sean fiables, actuales y no sesgados. El cuidado en el tratamiento de estos datos es crucial para evitar errores que puedan afectar negativamente a los contribuyentes. Además, la AEAT sigue cumpliendo con la normativa comunitaria y nacional de protección de datos, asegurando que la recopilación y procesamiento de información se realice de manera proporcional y adecuada a los fines legítimos de la administración tributaria.
En resumen, la IA está marcando el inicio de una nueva era en la administración fiscal, una era donde la eficiencia y la precisión se verán potenciadas por la tecnología, pero siempre bajo la supervisión y control humano. Esta transformación plantea tanto desafíos como oportunidades, y será clave para los profesionales del ámbito fiscal adaptarse a esta nueva realidad.
Este enfoque de la AEAT, aunque prometedor, también invita a reflexionar sobre las implicaciones éticas y legales de la creciente dependencia de la IA en la administración pública. ¿Hasta qué punto se puede confiar en que las decisiones tomadas por estos sistemas sean justas y equitativas? ¿Cómo se asegura que los derechos de los contribuyentes no se vean comprometidos en el proceso? Estas son preguntas que necesitarán respuestas claras a medida que la IA continúe integrándose en la vida diaria.
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Este artículo es un resumen comentado basado en la noticia original publicada en Confilegal el 27/08/2024. Puedes leer el artículo completo aquí.
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