China avanza en su independencia tecnológica con un superordenador propio, el ‘Central Intelligent Computing Center’, desarrollado por China Telecom en Wuhan. Este proyecto busca fortalecer sus capacidades en inteligencia artificial, usando posiblemente chips Zhaoxin o Loongson, en un entorno de crecientes restricciones comerciales globales.
China ha logrado un hito significativo en su camino hacia la independencia tecnológica con el desarrollo del primer superordenador totalmente equipado con hardware y software de fabricación nacional. Este esfuerzo ha sido liderado por China Telecom y el sistema ha sido nombrado ‘Central Intelligent Computing Center’. Este desarrollo llega en un momento crítico, dado el creciente clima de restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos, que ha incentivado a China a desarrollar su propia infraestructura tecnológica para competir globalmente en el campo de la inteligencia artificial sin depender de la tecnología extranjera.
El superordenador está diseñado específicamente para entrenar modelos avanzados de lenguaje de inteligencia artificial, una área de rápida expansión y demanda. Se especula que el sistema podría estar utilizando chips Zhaoxin KaiSheng KH-40000 o Loongson 3D5000 con arquitectura x86-64, aunque los detalles precisos sobre su configuración técnica no han sido totalmente revelados, en línea con la política habitual de secretismo tecnológico de las empresas chinas.
Ubicado en la zona de desarrollo tecnológico de Wuhan, conocida como East Lake High-Tech Development Zone (EDZ), este superordenador simboliza un avance notable hacia la autosuficiencia tecnológica de China. Además, establece un precedente para futuros desarrollos que puedan seguir la misma línea de independencia de tecnologías y componentes extranjeros, especialmente en tiempos donde las tensiones políticas y comerciales pueden traducirse en sanciones o restricciones adicionales.
Aunque el desempeño exacto y la capacidad de procesamiento del superordenador no se han divulgado, su existencia es un testimonio del crecimiento y ambición tecnológica de China. Este proyecto no sólo refuerza la posición de China en la carrera global por la supremacía en inteligencia artificial, sino que también destaca su capacidad de innovación y desarrollo interno en un sector que está en constante evolución.
El impacto de este desarrollo podría ser considerable, no sólo para la industria tecnológica de China, sino para el equilibrio global de poder en tecnología de inteligencia artificial. Mientras Estados Unidos continúa liderando en muchas áreas de la IA, la entrada de China con tecnologías propias y controladas internamente podría alterar dinámicas globales y fomentar una competencia más intensa.
*** Información extractada del artículo original publicado en Genbeta
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