La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo el mercado laboral español, prometiendo transformaciones tanto destructivas como constructivas. Según el informe ‘IA y Mercado de Trabajo en España’ de Randstad, se anticipa una pérdida neta de empleos en la próxima década, con una cifra alarmante de 400.000 puestos desapareciendo debido al avance tecnológico. Esta revolución tecnológica impactará desproporcionadamente a sectores como el comercio, la administración, y la hostelería, dejando una estela de incertidumbre y la necesidad de adaptación.
El comercio encabeza la lista de afectados, previendo una reducción de más de 158.000 empleos. Este sector, ya en plena transición hacia lo digital, enfrenta el desafío de equilibrar el crecimiento del comercio electrónico con la preservación de empleos. La automatización también se cierne sobre las tareas administrativas, con casi 178.000 puestos en riesgo, aunque se espera que la administración pública experimente un efecto contrario, beneficiándose de la creación de empleo gracias a su tardía adopción tecnológica.
La hostelería, por su parte, podría ver desvanecerse más de 112.000 empleos, con roles tradicionales como los de recepcionista siendo reemplazados por soluciones tecnológicas. Sin embargo, el informe de Randstad no solo presenta un panorama desolador. Se destaca la importancia de habilidades humanas únicas, como el pensamiento crítico y la empatía, que la IA no puede replicar, sugiriendo que la tecnología también puede liberar a los trabajadores de tareas monótonas, permitiéndoles concentrarse en actividades de mayor valor.
A largo plazo, la adopción de IA promete ventajas, incluyendo la reducción de costes y el aumento de la producción. Sin embargo, su impacto positivo sobre el empleo tardará en materializarse, especialmente en un tejido empresarial dominado por pymes y micropymes que suelen adoptar nuevas tecnologías con cautela. Este escenario plantea la necesidad de una estrategia proactiva para la requalificación laboral y la adaptación a un futuro incierto pero inevitablemente tecnológico.
Información extractada del artículo original publicado en AS
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