En un reciente foro internacional organizado por la SGAE en Madrid, se debatió el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la industria cultural y en la propiedad intelectual, explorando un futuro donde la IA podría ofrecer una riqueza ilimitada sin la necesidad de trabajar. Los expertos en el evento discutieron varios temas, incluyendo los derechos de autor en la era de la IA y el temor común de que la tecnología pueda quitar empleos a las personas. Sin embargo, la conclusión general fue que la IA, en lugar de eliminar trabajos, podría liberarnos de la necesidad de trabajar para vivir, desafiando las preocupaciones históricas sobre el impacto de la automatización en el empleo.
Ryan Abbott, abogado, médico y escritor, argumentó que la legislación actual sobre nuevas tecnologías suele quedar obsoleta rápidamente, sugiriendo una mayor flexibilidad en la interpretación de los principios generales en lugar de leyes muy específicas. Jane C. Ginsburg, experta en propiedad intelectual, coincidió en que es improbable alcanzar un consenso para un tratado internacional sobre IA, dado el ritmo acelerado de los avances tecnológicos.
El debate sobre a quién pertenecen los derechos de las obras creadas por IA continúa, con opiniones divididas sobre si los beneficios deben recaer en los desarrolladores de la tecnología, en la propia IA, o en las personas que inspiraron la creación. Abbott y Ginsburg destacaron que el objetivo no es otorgar derechos a la IA, sino asegurar que quienes contribuyen al trabajo reciban el reconocimiento adecuado.
A pesar de los temores sobre el desplazamiento laboral, Abbott expresó optimismo sobre el potencial de la IA para mejorar la sociedad, sugiriendo que las preocupaciones actuales podrían ser similares a las de los luditas durante la Revolución Industrial. Propuso mejorar los beneficios sociales y la formación para adaptarnos a un mundo donde la IA asume tareas que antes requerían mano de obra humana.
El evento también abordó el desafío de garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan equitativamente entre la población, evitando futuros en los que la riqueza generada por la tecnología beneficie solo a unos pocos. Además, se discutió el papel de la IA en las próximas elecciones en Estados Unidos, destacando los riesgos asociados con la creación de contenido engañoso mediante tecnologías como los deepfakes.
Este foro subraya la importancia de abordar tanto las oportunidades como los desafíos presentados por la IA, enfatizando la necesidad de un enfoque equilibrado que promueva la innovación mientras se protegen los derechos individuales y se fomenta una distribución justa de los beneficios tecnológicos.
Información extraída del artículo original publicado en La Razón.
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