La integración de la inteligencia artificial (IA) en la salud es un proceso en marcha, con importantes avances pero también con significativas barreras por superar. Santiago de Quiroga reflexiona sobre esta situación, destacando tanto las promesas como los desafíos de la IA en el sector sanitario.
La IA se ha infiltrado en diversas esferas de nuestra vida, incluida la asistencia sanitaria, donde su aplicación promete revolucionar el diagnóstico, la gestión y la toma de decisiones médicas. Sin embargo, Santiago de Quiroga destaca una realidad contrastante en la que, a pesar de los avances tecnológicos, el sector salud enfrenta obstáculos significativos para una integración efectiva de la IA. La digitalización incompleta de historias clínicas, la baja calidad de los datos y las incompatibilidades tecnológicas impiden el pleno aprovechamiento de las capacidades de la IA, manteniendo a los hospitales en modelos asistenciales desactualizados.
La reflexión se extiende a la necesidad de superar estas barreras mediante la colaboración público-privada, una estrategia que ha demostrado ser eficaz en otros ámbitos de la investigación clínica. La capacidad de los sistemas sanitarios públicos, complementada con la innovación y la eficiencia de las empresas privadas, puede catalizar la transformación digital de la asistencia sanitaria, promoviendo una atención de mayor calidad y eficiencia. Sin embargo, se subraya que los sistemas de salud públicos se encuentran en una encrucijada, al carecer del conocimiento y la capacidad para implementar sistemas de IA por sí mismos, lo que hace indispensable la cooperación con el sector privado.
Además, el artículo aborda el papel crucial que puede jugar la IA en el ámbito de los ensayos clínicos y el análisis de datos en la vida real (RWD). La integración de RWD tiene el potencial de complementar los ensayos clínicos, ampliando la muestra de pacientes y ofreciendo insights más representativos de la población general. Esto es especialmente relevante en el contexto de enfermedades con patrones genéticos específicos que afectan a pequeñas poblaciones de pacientes, donde la IA y el RWD podrían facilitar la aprobación regulatoria y el acceso a terapias innovadoras.
Santiago de Quiroga argumenta que mientras España se enfrenta a demoras en la aprobación de nuevos medicamentos e indicaciones, la adopción de la IA y el aprovechamiento de RWD podrían ser clave para mejorar los tiempos de espera y asegurar que los avances médicos lleguen de manera más eficiente a los pacientes. Este análisis pone de relieve la distancia que aún queda por recorrer en la integración de la IA en la asistencia sanitaria, al tiempo que enfatiza la urgencia de superar las barreras existentes para desbloquear el potencial transformador de la tecnología en beneficio de la salud pública.
Información extraída del artículo original publicado en El Global.
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