El último informe anual de Amnistía Internacional ha puesto de relieve la creciente amenaza que representa el mal uso de la inteligencia artificial (IA) para los derechos humanos y el Estado de derecho. AI advierte que la proliferación descontrolada de tecnologías como la IA generativa, el reconocimiento facial y el software espía constituye una grave amenaza, ya que estas tecnologías pueden fomentar el racismo y la violación de derechos fundamentales. En este contexto, AI hace un llamamiento a los gobiernos para que implementen medidas legislativas y regulatorias sólidas para abordar esta problemática emergente.
A pesar de los esfuerzos legislativos, como la reciente aprobación de una ley pionera por parte del Parlamento Europeo, AI advierte que estas medidas podrían ser insuficientes e incluso contraproducentes. La organización destaca varios casos de uso controvertido de algoritmos que ilustran los peligros potenciales de la IA. Estos incluyen los bombardeos calculados por IA en Gaza por parte de Israel, el uso de la biometría por parte de la policía de Nueva York para vigilar a los afroamericanos durante protestas raciales, y la discriminación contra los romaníes a través del nuevo sistema de la Seguridad Social de Serbia.
Información extractada del artículo original publicado en La Vanguardia