La inteligencia artificial (IA) emerge como una herramienta esencial en misiones humanitarias, facilitando la comunicación en 108 idiomas, aunque enfrenta críticas por sesgos raciales en procesos migratorios europeos.
El uso de inteligencia artificial (IA) por parte de organizaciones humanitarias como Open Arms ha revolucionado las misiones de rescate, permitiendo una comunicación fluida en hasta 108 idiomas. Mauro Di Si, coordinador en Open Arms, recuerda cómo la IA ayudó a una niña de ocho años a comunicarse en francés y localizar a su familia en Europa. Los traductores inteligentes, provistos por la empresa polaca Traductores VA, son fundamentales para las evaluaciones médicas a bordo, aumentando la precisión y eficacia del diagnóstico.
Los traductores no solo facilitan la labor de los médicos, sino que también son utilizados por el personal para mejorar la comunicación con los migrantes rescatados, haciendo que el proceso sea más humano y eficiente. Sin embargo, la nueva legislación europea sobre IA identifica estos usos como de “alto riesgo”, especialmente en la gestión de migración y control de fronteras, debido a preocupaciones sobre posibles sesgos raciales. Un informe de la Universidad Complutense de Madrid revela altas tasas de rechazo de visados a africanos, evidenciando un posible sesgo en los algoritmos utilizados.
Texto elaborado a partir del artículo original publicado en El País