Las tecnologías de inteligencia artificial (IA) están redefiniendo la forma en que interactuamos con los medios y el contenido cultural, prometiendo una era de personalización y eficiencia sin precedentes. En el ámbito del periodismo, se han desarrollado voces sintéticas capaces de emular la entonación y el estilo de periodistas conocidos, permitiendo a los usuarios escuchar las noticias como si fueran narradas personalmente por sus autores. Este avance, descrito por Ismael Nafría en su newsletter Tendenci@s, se basa en el entrenamiento de algoritmos con miles de frases para generar una experiencia auditiva que parece íntimamente personal.
Sin embargo, esta promesa de personalización esconde una paradoja: la experiencia, aunque tecnológicamente avanzada, carece de la verdadera esencia de personalización humana. Es una ilusión de individualidad creada por la máquina. Además, la prescripción automática de contenidos, como la practicada por plataformas como Netflix o YouTube, ha tendido a generalizar los gustos y preferencias del público, diluyendo la singularidad del contenido y de los consumidores. En lugar de fomentar la diversidad y la singularidad, los algoritmos han promovido un consenso generalizado que, paradójicamente, homogeneiza la oferta cultural.
Esta tendencia hacia la homogeneización se ve exacerbada por la creciente dominancia de los agregadores de contenido, como Movistar+ o Spotify, que buscan retener a los usuarios dentro de sus ecosistemas ofreciendo una gama interminable de contenidos. Este modelo de negocio, centrado en la continuidad y el consumo ininterrumpido, contrasta con la visión artística y literaria que alguna vez caracterizó a producciones como “The Crown”, posiblemente una de las últimas de su especie en Netflix.
La singularidad de la IA, un concepto que sugiere la eventual autonomía y capacidad de auto-reproducción de las máquinas, parece destinada a conducir a una mayor uniformidad en lugar de a una diversificación del panorama cultural y tecnológico. Esta es la tercera y última paradoja: a pesar de las promesas de innovación y personalización, la IA podría estar encaminándonos hacia un futuro de mayor homogeneización.
“La ilusión de personalización en la inteligencia artificial esconde una realidad de homogeneización y uniformidad, donde los algoritmos, lejos de diversificar, tienden a estandarizar la oferta cultural y las preferencias del público.”
La inteligencia artificial está transformando profundamente nuestra relación con los medios y la cultura, prometiendo innovaciones que, si bien ofrecen nuevas comodidades y eficiencias, también plantean desafíos significativos para la diversidad y la singularidad cultural.
>Información extraída del artículo original publicado en La Vanguardia