Siguiendo el ejemplo de otras grandes plataformas como Meta, YouTube ha anunciado que exigirá a sus usuarios etiquetar el contenido generado por inteligencia artificial. Esta política apunta específicamente a contenido que ha sido alterado o sintetizado de manera que pueda parecer realista o tenga importancia significativa, diferenciándose de requerir etiquetas en todo contenido que utilice inteligencia artificial generativa.
La decisión de YouTube de regular el contenido generado con ayuda de IA llega un mes después de que Meta introdujera una política similar para sus plataformas, incluidas Facebook, Instagram y Threads. A diferencia de Meta, que ya ha comenzado a amonestar a los usuarios que incumplen con sus directrices, YouTube opta inicialmente por confiar en la responsabilidad de los creadores, aunque no descarta tomar medidas en el futuro contra quienes no cumplan con la obligación de divulgar el uso de IA en sus contenidos.
Las nuevas normas de YouTube especifican claramente qué tipo de contenido de IA requiere etiquetado, proporcionando ejemplos concretos para ilustrar los casos en los que es necesario. Entre estos ejemplos se incluyen imágenes generadas por IA que muestran situaciones ficticias pero realistas, como trabajadores de la salud rechazando pacientes, persecuciones de coches inexistentes en películas, desastres naturales ficticios y promociones de viaje engañosas basadas en imágenes sintéticas.
Esta medida forma parte de los esfuerzos de Alphabet, la empresa matriz de YouTube, por combatir la desinformación relacionada con la IA en el contexto de las próximas elecciones presidenciales de 2024. Aunque Google, Meta y TikTok son actualmente las únicas grandes tecnológicas con políticas explícitas de IA para sus redes sociales, la iniciativa de YouTube destaca la creciente preocupación en la industria por el potencial de la IA para generar contenido engañoso. La compañía se une así al compromiso de promover una mayor transparencia y responsabilidad en el uso de tecnologías emergentes.
Información extraída del artículo original publicado en Cinco Días.
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